La felicidad de estar en el jardín

El jardín, nuestro nexo con la naturaleza

Vivimos a una velocidad de vértigo entre miles de personas y cada día nos alejamos más de la naturaleza. Salir fuera cuesta tiempo y dinero, además de ser una experiencia agotadora. Sin embargo, nuestro antiguo «yo» no quiere dejar de oler la hierba por la mañana ni de ver la luz de la puesta de sol a través de los árboles. Cuando volvemos al pasado a través de este legado, contactamos con nuestros antepasados que eran campesinos, ganaderos o cazadores. La urbanización es un fenómeno nuevo en la historia de la humanidad. Un jardín es, con frecuencia, el último punto de contacto directo con la naturaleza; un recordatorio de la unidad que nuestros ancestros tenían con el entorno que los rodeaba. Este sentimiento está profundamente arraigado en nuestro subconsciente y hace que la existencia de un jardín y el tiempo pasado en él sea tan importante para nosotros.

La felicidad de estar en el jardín

Todos nos esforzamos en conseguir mejorar la calidad de vida. Hacemos malabares con montañas de trabajo y la necesidad de pasar más tiempo junto a nuestras familias, lo que nos obliga a buscar un equilibrio entre el hogar y la oficina, entre la cosecha y la siembra. Nos motiva a poner énfasis en nuestra presencia.

Nuestro espíritu inquieto y la vida moderna nos obligan a salir de nuestra zona de comodidad en búsqueda de un mayor valor de la vida a través de la interacción social y la autorrealización.

Palmako no construye un mundo artificial de emociones y gente falsas. Palmako extiende el espacio habitable de calidad al jardín, haciendo de éste un lugar especial en la vida de la gente. Un lugar donde viven su verdadera vida, una vida con significado llena de bellos momentos compartidos con nuestras personas más cercanas. Un lugar donde disfrutamos de momentos especiales.

Palmako no hace sólo casas de jardín.

Palmako crea alegría para su jardín.

Las diferentes dimensiones de la vida en el jardín

Los momentos especiales de nuestras vidas son diferentes y los roles que desempeñan los jardines en nuestras vidas también lo son. Un jardín puede ser un lugar para la relajación donde uno se oculta del mundo o un lugar de reunión donde se habla de la vida con los seres queridos. Un jardín también puede ser un lugar donde uno se entrega a sus aficiones.

Un bonito jardín puede ser nuestra mejor carta de presentación para impresionar a los vecinos o a los transeúntes. También puede ser un práctico lugar para cultivar frutas y vegetales orgánicos para consumo propio. Palmako crea que la calidad del tiempo tiene muchos ángulos y colores, al igual que una vida agitada. Palmako no toma decisiones por los propietarios de los jardines, simplemente hace todo lo posible para convertirlos en lugares especiales en los que los momentos pasados allí sean estimulantes y diferentes, al igual que las personas. Cuanto más especial sea nuestro jardín, mayor felicidad nos aportará.

Madera duradera para jardín

Hemos utilizado la madera para construir casas y jardines desde la antigüedad y nos ha acompañado a través de siglos de desarrollo. Cada pieza de madera tiene un carácter y un alma. La madera es cálida y bonita y entendemos su ciclo de la vida. Al igual que nosotros, los árboles se mueven en un ciclo de vida: crecen y viven en el tiempo que les ha tocado. 

El ciclo de la vida convierte a la madera en un recurso renovable y utilizar estos recursos de manera responsable es aun más importante en el contexto de los crecientes problemas medioambientales. La madera producida de manera justa y correcta es indudablemente una de las mejores elecciones de nuestra época. La madera es atemporal: antigua y familiar por un lado y un material de construcción con un claro futuro por otro.